Esta pregunta llegó a nuestro buzón:
¿Cree usted que se puede calificar de exitoso el ministerio de Sansón,
sabiendo la conducta que llevó y la forma que murió?
A diferencia de los predicadores post modernos, yo conceptúo el éxito como
la pericia para saber administrar entre el logro y el fracaso. La popularidad y
el dinero son bienes extra patrimoniales y patrimoniales que el mundo sustenta,
y suele haberse infiltrado en los círculos teológicos cristianos.
Entonces si hablamos de logro y fracaso, deberíamos inclinarnos hacia el
desarrollo de valores. Uno puede ser la calidad del servicio, o su parte
opuesta, la madurez para asumir las cosas que se alejaron, y eso para mí es éxito. Sobre esto último,
pues diría que eres exitoso en la medida que no te deprimes por los
desaciertos, aquellos que están fuera de tu alcance, no me refiero a problemas
interpersonales que tú mismo generaste por tu intolerancia.
Sansón es el arquetipo de un ministerio su géneris: un fortachón que se
enamoraba de filisteas para eliminar a los paisanos de ella. Era como meterse a
sabiendas, en la boca del lobo. También me causa asombro, que en el libro de Jueces se justifica tal
hábito, con la frase: “esto venía de parte de Jehová”.
Otro aspecto, es que Sansón no era un ser que abusaba de su fuerza. Porque
cada vez que venía el Espíritu del Señor sobre él, se dotaba de una mega fuerza
para doblegar a los enemigos asiduos de Israel. Es como decir que la unción era
su “energizante” y vitaminas. Por tanto, el sagrado Espíritu fue un factor
movilizador para acciones en que alguien necesitó ser competente, inclusive,
físicamente.
Al respecto, hay diversas citas que concuerdan con lo expuesto, el verbo
griego es energéo, significa, ejercer actividad,
operar, mostrar el poder. Algunos ejemplos donde está el verbo: “Y hay diversidad de operaciones, pero Dios, que hace
todas las cosas en todos, es el mismo”. 1 Co 12:6, “Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo
Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como él quiere.” 1 Co 12:11 “Aquel,
pues, que os da el Espíritu y hace maravillas entre vosotros, ¿lo hace por las
obras de la Ley o por el oir con fe?” Gal 3:5 “Esta fuerza operó en Cristo,
resucitándolo de los muertos y sentándolo a su derecha en los lugares
celestiales” Efe 1:20
A lo mejor de ahí, se basan los Testigos de Jehová para con una mala
lógica, afirmen que el Espíritu es una fuerza activa.
Entonces, posicionemos a Sansón como un hombre dotado del poder del Espíritu,
ahí fue su éxito, su logro.
Haciendo una lectura detenida en el libro de Jueces, vemos que sus matrimonios frustrados tenían
el objetivo de inmiscuirse dentro del territorio enemigo. Sansón, por licencia
de Jehová tiene este accionar. Pero, de esto no se puede marcar la pauta para un actitud cristiana. Fue un caso excepcional, y no debe ser repetido por ningún
creyente, que se fundamenta en el imperativo: “No hagáis yugo desigual con los
incrédulos”.
El otro detalle de su éxito, fue que ya siendo prisionero y burla de los
filisteos, debido a la traición de Dalila, se arrepintió de todo corazón, por
haber contado el secreto de su fuerza, no por haber tenido una esposa
extranjera. Sansón muestra valor inigualable al solicitar fuerza al Señor para
tumbar el palacio filisteo y morir con los enemigos de Israel. Si fuera un
suicidio, Dios no le hubiera restituido las fuerzas.
Este juez atípico de Israel, es figura de Jesús, “que muere en propiciación
por los pecados”.
Leamos con detenimiento Las escrituras, para evitar ser legalistas con
algunos personajes bíblicos. Comprendamos que todos ellos no fueron perfectos,
de este modo, la mirada se centrará en aquel cordero perfecto y sin pecado. ¡Aleluyah!