El sincretismo es la costumbre de fusionar dos pensamientos, doctrinas, o costumbres diferentes en uno solo. Y que de modo individual, ninguna tiene una relación sustancial con el otro.
Este acto, declarado Patrimomio Cultural de la nación, connota la lucha entre el bien y el mal.
Pero de qué lucha se puede hablar, si al diablo lo presenta una muchedumbre de bailarines alegres, embriagados y atraídos por el cuerpo descubierto de las bailarinas de saya.
La sagrada epístola de Efesios menciona la guerra entre el bien y el mal, pero el protagonista es el creyente vestido de la verdad, la Palabra, la fe y el evangelio. En esta lid no se admite a ninguna imagen, menos a persona pecadora. Además, la lucha es en el ámbito espiritual, no en las calles de una ciudad, alborotada por la lujuría, el alcohol, y bajo el consentimiento de la jerarquía católica.
La Candelaria no le ha ganado la guerra al diablo, nuestra sociedad va camino a su sodomización. Sin embargo, cuando abundó el pecado, sobreabundó la gracia. Aleluyah!
No hay comentarios:
Publicar un comentario