viernes, 15 de marzo de 2013

Votar por el SI o por el NO...

A diferencia de connotados y "quemados" 
líderes evangélicos que en las redes sociales 
y medios de comunicación se pronuncian 
sobre al votación del domingo, 
aquí no les diremos si deben marcar el SI 
por la Revocatoria, o el NO para que 
la alcaldesa no deje el cargo. 
Tampoco impulsamos por el voto en blanco, 
porque hay que demostrar ser definido 
como ciudadano de Lima.

Sin embargo, quiero hacer algunas precisiones sobre este referendum y como los evangélicos se vieron vinculados en la etapa pre electoral:
- Se quiere tildar como pro-inclusivos (consentidores del homosexualismo) a los evangélicos que votan por el NO, y que apoyan "la agenda gay" de la alcaldesa. Eso es falso, el creyente bíblico siempre denotará cualquier pecado. La votación es un rechazo a la gestión o confirmación de la función de la alcaldesa, no es juicio de valor.
- Se quiere inducir a los evangélicos que voten por el Sí, porque en el equipo que promueve la revocatoria está el pastor José Linares. Pero al parecer, él no ha sido el más indicado, ya que le sacaron algunos trapitos al aire, como cuando fue denunciado por violación de una menor. Inclusive, él se divorció de su esposa, una connnotada personaje del ambiente evangélico limeño. El Linares político ha dañado la imagen de la iglesia cristiana.
- En Radio del pacífico se escucha en el spot que se debe marcar el Sí en el número 36, a favor del regidor evangélico Ruben Gavino. No sabemos en qué iglesia tiene membresía. 
- Como es la primera vez que el pueblo se acoge a esta figura jurídica de la revocatoria, se piensa que los anteriores alcaldes fueron excelentes. Todo lo contrario: Ricardo Belmont formó su canal 11, con el llamado "accionariado difundido". Mucha gente le entregó su dinero pensando que sería accionista de la televisora. Jorge del Castillo cometió la gran  torpeza de que los alimentos destinados a los comedores populares se gorgojeen, en un tiempo que habia la hiper inflación y carestía; por eso se ganó el apelativo de Gorgojo del Castillo. Alberto Andrade fue un personaje jaranero, criollo como que inducía al trago, y se daba largos besos con su esposa en parques públicos. Alfonso Barrantes por su afiliación partidaria socialista, era un ateo confeso. Y a pesar de estos elementos que van contra nuestros pirncipios bíblicos, nunca la comunidad evangélica pidió su revocación.

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