Ahora ninguno clama por santidad, tampoco busca el Bautismo del Espíritu, ni está afanado por ganar almas.
La mayoría cree esta falacia antibíblica del Dios "bendecidor", que responde a una "fe" de confesión positiva.
Generalmente este tipo de mensajillos, atrae a muchos hacia las iglesias neopentecostales (carismáticas, apostólicas, proféticas, renovadas) donde la doctrina central es "ser bendecido", y el mensaje de arrepentimiento fue expectorado.
¡Qué lamentable! Todo esto sucede, porque el pueblo no lee la Biblñia, y obedece a ciegas a los "predicadores" famosos.
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